¿Alguna vez has perdido personas por ser honesta contigo misma? La consequencia silenciosa de las decisiones auténticas
- denisecarlini
- Nov 15
- 2 min read
¿Alguna vez tomaste una decisión que te hizo sentir… distanciada?
No equivocada. No insegura. Solo, de forma callada, fuera de lugar.
Tal vez elegiste un camino que tu familia no entiende. Tal vez esprimiste dudas sobre la maternidad en un grupo donde todas parecen seguras. Tal vez tu “no se” —dicho con claridad, amor y firmeza— fue recibido con silencio, incomodidad o, peor aún, con un cierto alejamiento.
A veces, estos cambios son sutiles. Por ejemplo, una invitación que no llegó. Quizás algun cambio en el tono de voz.
Cuando la decisión correcta también duele
Una verdad poco reconocida sobre elegir lo que es correcto para ti es que puede traer un precio emocional. Incluso cuando estás profundamente segura, incluso cuando la decisión te da paz, también puede traer dolor consigo.
Dolor por una conexión que ya no se siente fácil. Duelo por la versión de ti que otras esperaban. Duelo por cómo esa distancia te hace sentir—no valorada, o incluso no querida.
No elegiste esta distancia. Elegiste a ti misma. Pero a veces, ambas cosas vienen juntas.

Esto sucede a menudo al cuestionar la maternidad
Es algo que oímos con frecuencia de mujeres que participan en el programa Ser madre, ¿es para mí?. Experimentan un sentido profundo de aislamiento cuando su exploración interna las lleva a una verdad que otros no quieren oír—sobre todo si esa verdad no cuadra con las expectativas sociales.
Algunas se sienten alejadas de amigas de toda la vida que decidieron ser madres temprano y sin dudas. Otras se alejan de conversaciones que antes eran fáciles, pero que ahora duelen con comparaciones o presiones inexpresadas.
Y otras dicen que su mayor soledad no vino por falta de conexión, sino por disimular para no perderla.
No estás sola en esto
Si esto te resuena, escúchalo bien: no estás sola.
Muchas mujeres navegan una sensación parecida de distancia emocional—no porque estén perdidas, sino porque han encontrado lo que buscaban. Y esa claridad puede reordenar, silenciosamente, el mapa de tus relaciones.
¿Qué puedes hacer?
Comienza por reconocer que las cosas son complejas. Tienes derecho a llorar el alejamiento y aun así sentirte firme en tu decisión. Tienes derecho a extrañar a alguien y no volver a fingir. Tienes derecho a buscar espacios nuevos donde tu verdad no es incómoda.
Y tienes derecho a recordar que, a veces, la conexión más importante es la que construyes contigo misma.
Una reflexión
Piensa en un momento en que una decisión tuya creó distancia.
¿Qué perdiste?
Pero, más importante aún—¿qué ganaste?
¿Y qué quieres recuperar, esta vez bajo tus propios términos?








Comments